La piedra angular de una sociedad pluralista
Parte integral de nuestra fe cristiana es tener una actitud de aceptación y tolerancia con todas las personas y ofrecerles un evangelio que no haga distinciones por cuestiones de etnia, color de la piel o nacionalidad. Desde los inicios de nuestro movimiento en 1968 hemos trabajado en más de 150 países, y tenemos afiliados de casi 90 nacionalidades.
En aras de crear una sociedad tolerante y pluralista, consideramos importante rechazar toda manifestación de discriminación religiosa o prejuicios raciales y promover activamente la comprensión y el respeto de las opiniones ajenas. Sostenemos que la vida humana es sagrada y que debe respetarse la individualidad de cada persona, pues todos hemos sido creados a imagen de Dios.
Tenemos el convencimiento de que el amor de Dios es la solución para los problemas que aquejan a la humanidad, aun en la compleja sociedad en que vivimos. Por ser una organización religiosa con vocación de servicio social, llevamos esos principios a la práctica, comunicando de parte de Dios palabras de esperanza, amor y salvación y participando activamente en una amplia gama de labores humanitarias y de socorro. Leer más